La madrugada del 8 de abril de 2025, la discoteca Jet Set, un ícono de la vida nocturna en Santo Domingo, se convirtió en escenario de una de las peores tragedias en la historia reciente de República Dominicana. Durante un concierto del legendario merenguero Rubby Pérez, el techo del local colapsó, dejando un saldo devastador de vidas perdidas, heridos y familias sumidas en la desesperación. Este artículo, basado en reportes de medios como Univision, Infobae y testimonios en vivo, reconstruye los hechos de esa fatídica noche y el impacto que ha tenido en el país.
Una noche que prometía alegría
Jet Set, con más de 50 años de historia, es conocida por sus “Lunes de Merengue”, eventos que atraen a empresarios, políticos, deportistas y amantes de la música. Aquella noche, alrededor de 600 personas llenaban el local para disfrutar de Rubby Pérez, apodado “La voz más alta del merengue”. Según testigos, el concierto apenas comenzaba, con la banda tocando y el ambiente cargado de entusiasmo, cuando, a las 12:44 a.m., la tragedia golpeó sin previo aviso.
Zulinka Pérez, hija del cantante, relató en una entrevista en vivo que notó algo extraño minutos antes del colapso. “Pensamos que había una pelea en el público”, dijo, describiendo cómo pequeños escombros caían del techo. De repente, un estruendo ensordecedor marcó el desplome de la estructura, atrapando a cientos bajo toneladas de concreto. Zulinka logró escapar, protegida por su esposo, pero su padre quedó sepultado. “Lo escucharon cantar entre los escombros”, afirmó, aunque horas más tarde se confirmaría su muerte.
Un saldo devastador
El Centro de Operaciones de Emergencias (COE), dirigido por Juan Manuel Méndez, reportó inicialmente 38 fallecidos, pero la cifra escaló rápidamente a más de 200, con 184 confirmados el 9 de abril, según CNN. Entre las víctimas estaban figuras destacadas: Nelsy Cruz, gobernadora de Montecristi y hermana del exbeisbolista Nelson Cruz, quien llamó al presidente Luis Abinader desde los escombros antes de fallecer en el hospital; Octavio Dotel, exjugador de las Grandes Ligas; y el propio Rubby Pérez, cuyo deceso conmocionó al mundo artístico. Más de 150 personas resultaron heridas, y decenas permanecieron atrapadas durante horas.
El caos se apoderó del lugar. Videos captados por asistentes muestran el momento exacto del colapso, con luces cayendo y gritos llenando el aire. “Fue como un relámpago”, describió Enrique Paulino, mánager de Pérez, quien pensó inicialmente que se trataba de un terremoto. Los equipos de rescate, apoyados por brigadas de Puerto Rico e Israel, trabajaron sin descanso, utilizando sistemas de sonar para detectar sobrevivientes. Sin embargo, las esperanzas de encontrar más personas con vida se desvanecieron el jueves, cuando las labores pasaron de rescate a recuperación de cuerpos.
El dolor de un pueblo unido
La tragedia unió a los dominicanos en el dolor. Desde la madrugada, familiares desesperados se congregaron fuera de Jet Set y en hospitales, buscando noticias. Massiel Cuevas, madrina de Darlenys Batista, de 22 años, expresó: “Sé que está ahí dentro, viva”. Otros, como Manuel Olivo Ortiz, padre de un asistente desaparecido, se aferraban a la fe: “Solo estamos agarrados de Dios”. El presidente Abinader visitó la zona, abrazando a los afectados y prometiendo que “todas las agencias de rescate trabajarán sin descanso”. La alcaldesa Carolina Mejía calificó el suceso como “una terrible tragedia”, mientras el país decretaba tres días de duelo.
Las redes sociales se inundaron de mensajes de solidaridad, pero también de información contradictoria. Las autoridades instaron a confiar solo en fuentes oficiales, como el COE, que publicó listas de heridos y centros médicos. Más de 300 socorristas, junto con voluntarios, removieron escombros, mientras una morgue improvisada se instalaba cerca del lugar. La comunidad respondió con donaciones de sangre y actos de apoyo, como un costarricense que, estando de vacaciones, se unió a los esfuerzos de rescate.
Las víctimas y su legado
Entre los fallecidos había nombres que resonaban en la cultura dominicana. Rubby Pérez, de 69 años, dejó un legado imborrable con éxitos como Volveré y Enamorado de ella. Wilfrido Vargas, su mentor en los años 80, lo despidió como “el mejor cantante del género”. También se perdieron vidas como la de Nelsy Cruz, una líder política, y Octavio Dotel, cuya carrera en la MLB inspiró a muchos. La discoteca, propiedad de la influyente familia Espaillat, enfrentó críticas por presuntas fallas estructurales, especialmente tras un incendio en 2023 que pudo haber debilitado el edificio.
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