Durante casi tres décadas, esa corona había sido una joya escondida. Alicia Machado, la venezolana que conquistó el universo en 1996, decidió finalmente compartir con el mundo un pedazo muy especial de su historia: su emblemática corona de Miss Universo.

Y no lo hizo en cualquier lugar ni por cualquier motivo, sino durante una entrevista íntima que terminó convirtiéndose en un momento de alto impacto emocional para sus seguidores.

La exreina de belleza, actriz y empresaria abrió las puertas de su casa y también las de su corazón. Por primera vez, mostró públicamente el símbolo físico de aquel triunfo que marcó su vida para siempre. La corona, impecable, se mantuvo guardada todos estos años como un tesoro personal que Alicia solo había compartido con su círculo más cercano.

¿Por qué ahora? ¿Por qué mostrarla después de tanto tiempo? Su respuesta fue tan contundente como honesta: era el momento justo. Un gesto de orgullo, de aceptación y también de agradecimiento hacia ese pasado que la forjó, con todo lo que implicó.

Machado no solo mostró la corona, también habló de lo que representó ganar el certamen en una época en la que las exigencias y presiones eran muchas, y las críticas aún más despiadadas. Pero lejos de sonar dolida, se mostró empoderada.

Orgullosa de la mujer que fue, y aún más de la mujer que es hoy. Fue un recordatorio de que no se necesita una nueva corona para seguir brillando… aunque, hay que decirlo, esa joya sigue deslumbrando como el primer día.