Lucianna, la hija de Lorena Rojas que crece feliz bajo el cuidado amoroso de su tía Mayra

Hace ocho años, el mundo del espectáculo mexicano sufrió una gran pérdida con la partida de Lorena Rojas, una de las actrices más queridas por su trabajo en telenovelas. Sin embargo, el mayor legado de Lorena no está solo en sus memorables personajes, sino en su hija adoptiva, Lucianna, una niña que hoy tiene 8 años y que crece bajo el cuidado de su hermana, Mayra Rojas.

Lorena Rojas, conocida por su carisma y talento en producciones como Me tengo que casar, logró cumplir su sueño de ser mamá cuando adoptó a Lucianna en Estados Unidos poco más de un año antes de fallecer en 2015, víctima de un cáncer que truncó su vida y su oportunidad de ver crecer a su hija.

Tras su мυerte, la custodia de Lucianna quedó en manos de Mayra Rojas, quien asumió el reto de criar a la pequeña como su propia hija. Este proceso no estuvo exento de dificultades. La tragedia tocó otra vez a la familia cuando Jorge Monje, viudo de Lorena, se quitó la vida en enero de 2016, sumiendo a todos en una profunda tristeza.

A pesar de los momentos difíciles, Mayra ha compartido a través de sus redes sociales que Lucianna es una niña feliz, llena de vida, segura de sí misma y con múltiples intereses. Desde pequeña ha mostrado inclinaciones artísticas, como la música y la danza, y la tía Mayra ha sido muy cuidadosa en dejar que la niña explore sus gustos libremente, sin presiones ni estigmas.

En varias entrevistas, Mayra ha expresado que quiere que Lucianna sea reconocida por quien es, y no solo como “la hija de Lorena” o “la hija de Mayra”. Desea que su sobrina crezca con identidad propia y sin cargas del pasado. “Lucianna tiene tres mamás: la que la tuvo en su panza, Lorena y yo”, comentó en 2020, mostrando el profundo amor y compromiso que siente por ella.

En cumpleaños recientes y en publicaciones en Instagram, Mayra ha mostrado cómo la niña ha evolucionado, celebrando cada año con alegría y orgullo. Lucianna no solo es el mejor legado de Lorena Rojas, sino un ejemplo de resiliencia y amor familiar, que demuestra que, a pesar de las adversidades, la esperanza y la felicidad pueden florecer.

Esta historia conmovedora nos recuerda que el verdadero legado de una persona no solo está en su obra artística, sino en las vidas que toca y cuida. Lucianna es la viva prueba del amor incondicional y la fuerza de la familia, que sigue adelante gracias al apoyo y dedicación de Mayra.