Mike Tyson y su insólita amistad con la estrella de cine Rosie Perez: El día que un piropo brutal se volvió el inicio de una conexión inesperada

Por Redacción

Mike Tyson, el legendario ex campeón mundial de boxeo, nunca ha sido conocido por su sutileza ni dentro ni fuera del cuadrilátero. Su vida, marcada por los excesos, los escándalos y los momentos de gloria, sigue dando de qué hablar incluso décadas después de su retiro. Esta vez, una anécdota inédita sobre su relación con la actriz y fanática del boxeo Rosie Perez ha salido a la luz, revelando un lado humano, vulnerable y hasta entrañable del temido “Iron Mike”.

Un piropo fuera de serie

La historia fue revelada en el nuevo libro de Mark Kriegel, “Baddest Man: The Making of Mike Tyson”. Según el relato, Tyson, en uno de sus momentos más atrevidos, se acercó a Rosie Perez, conocida por su fuerte personalidad y amor por el boxeo, y le soltó una frase que solo él podría atreverse a decir:
“Damn, Wosie. You got a biscuit booty. Love to pour gravy all over that.”
(“Demonios, Rosie. Tienes un trasero de galleta. Me encantaría echarle salsa encima.”)

Como era de esperarse, el piropo no tuvo el efecto deseado. Perez le respondió tajantemente: “Cállate”. Sin embargo, lo que parecía ser un rechazo más terminó siendo el inicio de una amistad improbable. Tyson, lejos de molestarse, se mostró vulnerable y hasta “abatido” por la respuesta, lo que despertó en Perez cierto remordimiento.

De la incomodidad a la amistad

Rosie Perez, reconocida por su carácter fuerte y su autenticidad, no tardó en notar que Tyson no era solo el feroz campeón que todos veían en televisión. Tras el incómodo momento, ambos compartieron un abrazo, y de ahí nació una amistad que ha perdurado hasta hoy. Según el libro, la conexión entre ambos se cimentó en sus pasados difíciles, en las heridas de la infancia y en la capacidad de reconocer el dolor en el otro.

“Game recognizes game? Well, damage recognizes damage”, confesó Perez a Kriegel.
(“¿El talento reconoce al talento? Bueno, el daño reconoce al daño.”)

Dos vidas marcadas por la lucha

Tanto Tyson como Perez crecieron en ambientes hostiles, rodeados de violencia y carencias. Tyson, proveniente de Brooklyn, encontró en el boxeo una vía de escape a una vida plagada de problemas legales y personales. Perez, por su parte, también tuvo que enfrentar una infancia complicada en Nueva York, forjando un carácter fuerte y resiliente que la ha acompañado toda su vida.

Esta historia, más allá del chisme, revela cómo dos figuras públicas, aparentemente opuestas, pueden encontrar puntos en común en sus historias personales. El boxeo, en este caso, no solo fue el deporte que los unió, sino también el lenguaje compartido de quienes han tenido que pelear por todo.

Un legado más allá del cuadrilátero

Hoy, Tyson sigue siendo una figura polémica y multifacética. Ha incursionado en el cine, la televisión y hasta en la industria del cannabis. Su reciente regreso al boxeo para enfrentar a Jake Paul en 2024 fue visto por muchos como un espectáculo triste, pero no logró empañar su legado como uno de los más grandes de todos los tiempos.

La amistad con Rosie Perez es solo una muestra más de la complejidad de Tyson: un hombre capaz de la brutalidad más despiadada y, al mismo tiempo, de la vulnerabilidad más genuina. Al final, lo que comenzó como un piropo descarado terminó siendo el punto de partida de una relación basada en el respeto, la empatía y la comprensión mutua.

En un mundo donde las apariencias suelen engañar, la historia de Tyson y Perez nos recuerda que, detrás de cada leyenda, hay una persona real, con heridas, sueños y la capacidad de sorprendernos una y otra vez.