El legendario boxeador Mike Tyson se unió a la lucha contra el tráfico ilegal de fentanyl durante una visita a un laboratorio de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) en Nueva York. Con una bata azul de la DEA, Tyson acompañó a Alina Habba, fiscal en funciones de Nueva Jersey, en un recorrido que reveló la gravedad y el peligro mortal de esta droga sintética.

Durante la visita, Tyson expresó su preocupación y sorpresa al enterarse de que una pequeña cantidad de fentanyl, incluso una “pizca”, puede ser letal. “Nunca había recibido educación sobre el fentanyl y ahora entiendo la magnitud del problema. Estoy aquí para aprender sobre las leyes y apoyar la causa”, declaró Tyson.

Fentanyl, un opioide sintético que es hasta 50 veces más potente que la heroína, ha causado una crisis de sobredosis en Estados Unidos. Según datos oficiales, casi el 70% de las мυertes por sobredosis están relacionadas con sustancias adulteradas con fentanyl. Solo en Nueva York, más de 2,200 personas perdieron la vida el año pasado debido a esta epidemia.

La fiscal Alina Habba, quien mantiene una relación cercana con Tyson tras conocerlo en un evento de UFC, explicó que la lucha no solo es contra el tráfico, sino también contra la producción de precursores químicos que permiten la fabricación de estas drogas. “Este es un problema tóxico real que afecta a comunidades enteras. La seguridad es primordial, y eso incluye garantizar que los productos de cannabis legales no estén contaminados ni sean peligrosos”, señaló.

Tyson, quien ahora se dedica al negocio del cannabis legal con su empresa TYSON 2.0, hizo un fuerte contraste entre sus productos seguros y los riesgos mortales de las drogas ilegales. “He estado en el lado oscuro, conozco los peligros. Por eso quiero ofrecer algo seguro, que no arriesgue la vida de las personas”, comentó.

Durante el recorrido, el equipo de la DEA mostró a Tyson y Habba evidencias incautadas: grandes cantidades de marihuana, hongos psicodélicos, bloques de fentanyl e incluso vapeadores adulterados. Tyson quedó impresionado al ver una bolsa con pastillas falsas de Adderall y bloques que contenían carfentanil, una sustancia aún más potente que el fentanyl.

“Hay jóvenes que consumen pastillas o vapeadores sin saber qué contienen. Un solo contacto con fentanyl puede hacer que terminen en el suelo, y a veces sin volver”, afirmó Habba con preocupación.

El propio Tyson reconoció haber tenido un pasado complicado con las drogas, incluida la cocaína y el alcohol, y habló abiertamente sobre su proceso de cambio. “Pasé por momentos muy difíciles, estuve en hospitales psiquiátricos y luché contra adicciones. Hace nueve años que no consumo drogas duras ni alcohol. Ahora quiero usar mi experiencia para hacer algo positivo”, explicó.

Su línea de productos incluye “Mike Bites”, gomitas con THC que recuerdan su famosa pelea contra Evander Holyfield y su infame mordida. Tyson aseguró que no planea regresar al ring tras su última pelea con Jake Paul y que su enfoque está en construir un “universo de cannabis seguro” para los consumidores.

Este esfuerzo conjunto entre Tyson, la DEA y la fiscalía de Nueva Jersey representa un paso importante para combatir una crisis que continúa cobrando miles de vidas. La educación, la regulación y la acción legal son claves para detener el flujo de fentanyl y salvar a futuras generaciones.