El tatuador elegido por Mauro Icardi para borrar a Wanda Nara de su piel sorprende a todos
El delantero compartió una foto con Arturo Pérez Méndez horas después de mostrar su brazo sin el rostro de su expareja, junto a la China Suárez

La historia tatuada en la piel de Mauro Icardi llegó a su fin de una manera tan definitiva como visible. El delantero argentino decidió cubrir el gran retrato de Wanda Nara que durante años llevó en su antebrazo izquierdo, símbolo de su extinta relación y testimonio de su etapa junto a la empresaria. La transformación, lejos de pasar inadvertida, se convirtió en noticia de repercusión internacional, alimentada por imágenes y gestos que describen el cierre de una era en la vida del futbolista.
Icardi eligió la vía rápida y simbólica: en vez de atravesar una larga y dolorosa remoción láser, le dio lugar a una franja negra que tapó por completo la imagen de Wanda. Mostró los resultados en una foto abrazando a su pareja actual, Eugenia la China Suárez. En esa postal nocturna, sobre una terraza con vista al Bósforo y las luces de Estambul de fondo, no solo se destacó la elegancia y complicidad de la pareja, sino la puesta en escena de un nuevo capítulo en la vida del goleador. Minutos después, el propio jugador publicó otra imagen en el mismo lugar, esta vez acompañado por Arturo Méndez Pérez, el tatuador que materializó el cambio. Junto a esa postal, Icardi escribió: “Entre luces turcas y nuevos trazos con un gran amigo”.

El hombre detrás de la cobertura del tatuaje de Wanda no es una figura ajena para el mundo del fútbol. Arturo Méndez Pérez, fundador de Holy Koi Tattoo en Gran Canaria, España, viajó especialmente a Estambul para concretar el rediseño. Su presencia no responde solo a una cuestión de amistad con el jugador, sino al reconocimiento ganado en el ambiente deportivo. Méndez Pérez se especializó en atender a futbolistas de elite, y su portfolio incluye a figuras de la selección argentina como Ángel Di María y Lautaro Martínez, además de otros nombres de peso internacional, como Kylian Mbappé y Neymar. Su estilo, visible en sus repercusiones en redes, combina exigencia técnica y traducción artística de los deseos, marcas y rupturas de sus clientes.
La relación del jugador con el diseñador se remonta a varias décadas atrás, cuando le realizó varios de los tatuajes que luce en sus piernas y comparte fotos con Icardi y Wanda Nara.

La intervención en el brazo de Icardi estuvo cargada de simbolismo y de atención mediática. No se trató de un proceso común: borrar de la piel el rostro de una expareja tan conocida supuso tanto un desafío técnico como una decisión calculada bajo la mirada de miles de seguidores. Sustituir el tatuaje con una franja de tinta negra requirió precisión, experiencia y una interpretación única del mensaje a transmitir. La escena completa, en una terraza con el mar Bósforo de fondo y bajo las luces de una noche estrellada, se transformó en un ritual de paso que el mismo Icardi comunicó al mundo, transmitiendo una sensación de cierre y nueva etapa a través de la imagen y la palabra.

El cambio no tardó en reflejarse en la arena digital. Las redes sociales estallaron en interpretaciones, preguntas y debates acerca del verdadero significado del gesto. Días antes, durante una producción fotográfica oficial de la UEFA Champions League con el Galatasaray, el antebrazo de Icardi, vestido con la camiseta de su club y la cinta de capitán, generó intriga: el tatuaje dedicado a Wanda había desaparecido. Esa ausencia primero se atribuyó a una edición digital con Photoshop, un retoque que disparó toda clase de teorías en medio del conflictivo divorcio y la disputa judicial entre el jugador y la empresaria. La foto del tatuaje real y no retocado, finalmente cubierto, despejó especulaciones. Los fanáticos, atentos, debatieron si el proceso había sido físico, digital o simplemente una tapa temporal, lo que mantuvo en vilo el seguimiento sobre el desenlace de la promesa que Icardi habría hecho a Wanda de eliminar ese tatuaje.
“Ella no sabe lo que se le viene. Generalmente primero te endulza y después empezás a ver la realidad”, había señalado Nara en recientes declaraciones, lanzando indirectas sobre la nueva relación de su exmarido y la decisión de tapar el tatuaje fuera del plazo que ella consideraba acordado.

En el plano personal, la vida de Icardi continúa con cambios sustanciales. Luego de una década de relación pública y llena de matices con Wanda Nara, el delantero comparte su día a día en Estambul con la China Suárez y sus hijos, consolidando una nueva etapa lejos de la vida que llevaba junto a sus hijas y los hijos de la conductora de Masterchef Celebrity. El brazo izquierdo de Icardi, protagonista de discusiones y señalamientos en redes, ahora exhibe una franja negra: marca el punto final no solo a un tatuaje, sino a una etapa y un vínculo que ocupó espacio central en la crónica de la farándula.
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